Resumen de Querida Alejandría
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Querida Alejandría
Resumen
Cleopatra Selene es la joven hija de la reina de Egipto, Cleopatra VII y el general romano Marco Antonio. Vive en Roma como rehén del emperador Octavio y ha sido educada por la hermana de éste, la noble Octavia, quien recibiera en su casa a ella y a sus hermanos al morir sus padres de manera trágica.
A los 14 años le anuncian que va a casarse con el príncipe y es cuando decide escribir su vida en la forma de una serie de cartas dirigidas a su ciudad, Alejandría, la capital del reino egipcio-macedónico fundada por Alejandro Magno. Al comenzar a escribir se va al pasado, tratando de recordar lo más posible de su infancia en el palacio de Alejandría, junto a su hermano gemelo Alejandro Helios, su pequeño hermano Tolomeo Filadelfo y su medio hermano Cesarión, hijo de Cleopatra y de Julio César.
Gracias a sus memorias, Cleopatra Selene comprende que su historia personal está profundamente relacionada con la historia de su país, Egipto y con la historia de Roma. Recuerda cómo a muy corta edad su padre Marco Antonio nombró reyes a ella y a sus hermanos de varios países del norte de África y de Asia, cómo se enemistaron sus padres con Octavio y cómo llegó el rey Herodes de Judea hasta Alejandría para convencer a Marco Antonio que demostrara su fidelidad a Roma asesinando a su amada Cleopatra.
En los recuerdos de Cleopatra Selene, la Historia sigue su curso. Ella cuenta la batalla de Actium, que marcó el triunfo definitivo de Octavio sobre Marco Antonio y Cleopatra y cómo a partir de esa derrota sus padres tomaron la decisión de suicidarse y Cleopatra se dedicó a probar venenos en sus esclavos, lo que descubre Cleopatra Selene al lado de Antilo, hijo de Marco Antonio, quien sería asesinado en la toma de Alejandría por los romanos.
Alejandría cae, Marco Antonio y la reina se suicidan y Cleopatra Selene y sus hermanos pasan al poder de Roma. Su querido hermano mayor Cesarión es asesinado por órdenes de Octavio. Su hermanito Tolomeo Filadelfo muere al término de la ceremonia de triunfo con que se celebra la victoria de Octavio sobre Egipto. Octavia trata de que su vida sea lo más suave posible, pero es muy duro para los gemelos convivir con los hijos de los triunfadores y soportar los insultos que los romanos dirigen a su madre. Toman clases con Deífobo, el maestro griego, y en una visita al altar de la Victoria, Cleopatra Selene conoce al joven príncipe Juba, hijo de un rey africano que fue vencido por Julio César y a quien el noble romano adoptó. Juba también tuvo que desfilar en una ceremonia de triunfo cuando era un niño, al igual que Cleopatra Selene.
Aunque es muy joven, Cleopatra Selene se enamora de Juba, quien es enviado a la guerra en España y combate valientemente a pesar de que sus intereses se inclinan hacia el conocimiento y la filosofía. Octavio ha decidido que Juba y Cleopatra Selene se casen y gobiernen como vasallos de Roma el reino de Mauritania. Esto a la joven le llena de alegría, pero tiene también el dolor de que su hermano gemelo, Alejandro Helios, le manifieste que detesta a los romanos y que considera a Juba un perro cobarde.
Una noche, Alejandro Helios despierta a Cleopatra Selene y le avisa que su fuga de Roma está preparada y ha sido planeada por una sociedad secreta. El autor es un esclavo de la casa de Octavia, llamado Farses, quien en realidad es un noble persa y ha jurado defender la sangre real de Alejandría.
Con todo el dolor de su corazón, Cleopatra Selene decide quedarse en Roma al lado de Juba y pide a su hermano que realice su propio destino. Al día siguiente, le informan a ella y a Octavia que Alejandro Helios fue encontrado muerto en el Tíber. Un presentimiento le dice a Cleopatra Selene que se trata de un engaño y que su hermano no ha muerto.
Juba en una conversación posterior le revela que él estaba al tanto de todo, y que también prometió proteger a los hijos de Cleopatra y Marco Antonio, porque aunque ella no lo sabía, él había estado en Alejandría en los días de la derrota y había conocido a Farses. Fingir la muerte de Alejandro Helios había sido necesario, pues los romanos no hubieran vacilado en matarlo por considerar que podría encabezar la sublevación de Egipto. Un joven macedonio, llamado Alejandro también, se había sacrificado, muriendo en lugar de Alejandro Helios.
Con la descripción de la boda de Juba y Cleopatra Selene, hecha a la manera romana y llena de simbolismo y esperanza llegan a su fin las cartas que Cleopatra Selene le escribe a su ciudad, Alejandría.